Sábado 12 de Septiembre de 2020
Este año sin duda ha sido muy extraño y muy dificil para todo el mundo con todo esto del Covid-19. En Santiago estuvimos más de 5 meses con la ciudad en cuarentena, teniendo abiertos solo los servicios esenciales como la comida y la salud.
Mi empresa califica dentro de los negocios esenciales por lo que no he dejado de trabajar ni un solo día. Entre cuarentenas y exceso de trabajo hemos cambiado nuestra rutina por completo. El miedo de contagiarme o de contagiar a mis niños ha sido también muy grande y en Agosto cuando supe que nuestra Región comenzaría con el Plan Paso a Paso para el desconfinamiento tuve incluso un poco más de miedo de pensar que de repente todas las personas se descontrolarían y los rebrotes serían inminentes.
Aunque seguimos tomando todas las medidas de autocuidado necesarias: lavado constante de manos, no asistir a lugares llenos de personas y usar mascarilla si salimos, hoy decidí llevar a mis hijos al Parque Metropolitano de Santiago. Es que después de 6 meses de encierro total el agotamiento mental es enorme y el agobio es muy grande, incluso sabiendo que somos afortunados del lugar y la situación en la que vivimos.
Esta semana Providencia y Vitacura pasaron a la fase 3, lo que significa que se puede acceder al Parque Metropolitano los días sábados y domingos. Perfecto para mí que trabajo todos los días de la semana hasta muy tarde.

Por ahora sólo se puede ingresar caminando los fines de semana por los accesos de Pedro de Valdivia Norte y La Pirámide. Todavía el acceso a las bicicletas y los autos está prohibido.
En la entrada hay control de temperatura como en todas partes.
El aforo máximo es de 3.500 personas y al entrar debes escanear un código QR para registrar tu visita. Te recomiendo descargar un lector especial si la cámara de tu celular no puede hacerlo directamente.
La verdad es que jamás va a estar tan lleno como para que no se respete el distanciamiento físico y no te olvides que siempre debes llevar tu mascarilla puesta.

¡Qué falta nos hacía salir a caminar! Salir a un lugar distinto de nuestra casa y sentir el sol y el viento. Por ahora no todos los senderos ni todos los sectores están habilitados pero ya la subida es muy bonita y la vista de la ciudad también.
Aprovechamos de visitar también por primera vez el Jardín Japonés. En este sector el aforo máximo es de 100 personas y al igual que en la entrada del parque tienes que escanear el código QR para poder ingresar. Nos tocó esperar un rato pero la fila avanzó muy rápido. Recuerda que cuando salgas debes escanaear el código otra vez para «salir» de la app también.

El Jardín Japonés nos pareció bastante lindo. Creo que tenía expectativas más elevadas también de lo que se podía ver, pero tiene su encanto. Hay varios estanques con peces Koi, un puente de madera y un mini camino de piedras sobre un riachuelo llamado sawatari-ishi que puedes cruzar de un lado a otro. Como ya casi es primavera hay varios árboles florecidos también.
Intentamos llegar hasta el Jardín Mapulemu pero nos perdimos en un sendero nada que ver hacia el Jardín Botánico Chagual así que no alcanzamos a llegar jajaja 😀

Por ahora, el Parque Metropolitano abre de 10:00 a 18:00. De lunes a viernes puedes entrar por todos sus accesos y solo están abiertos el Jardín Japonés y el Jardín Mapulemu. En algunas partes, las zonas con pasto o con bancas están delimitadas también para respetar el distanciamiento físico.
El Teleférico, el Funicular y Zoológico volverán a funcionar tal vez en la fase 5 del plan Paso a Paso si es que todo sigue tal como hasta ahora. Las zonas de pic-nic y la cumbre de la Virgen también están cerradas.
Puedes revisar las rutas habilitadas en la siguiente imagen.

Esta pausa era muy necesaria para nosotros. Y lo mejor de todo es que el riesgo de contagio es muy bajo en un lugar amplio y al aire libre como el Parque Metropolitano.
Nadie tiene certeza de cuánto tiempo más nos demoraremos en volver a vivir tranquilos y por mientras seguiremos cuidándonos lo más posible para que cuando todo esto pase podamos volver a soñar, a viajar y a continuar con nuestros planes.