Mi Blog de Aventuras

Sábado 21 de Noviembre

Dejamos Puerto Natales a las 08:00. y llegamos a Punta Arenas más o menos al medio día. Es una ciudad muy interesante, llena de construcciones antiguas y edificios de más o menos 4 pisos de altura. La gente parece vivir a otro ritmo y la mayoría de las veces fueron muy educados y amables con nosotros.

A pesas de ser primavera en nuestro país, acá el frío se siente, las nubes abundan y aunque esté soleado no puedes estar sin usar una chaqueta o un polerón.

Tuvimos suficiente tiempo para almorzar y llegar hasta el muelle Prat a las 15:00 y tomar el tour a la Isla Magdalena. Otra vez, contratamos el servicio con Full Patagonia Tours, el precio por adulto es de $35.000 y $17.000 por niño

¡El recorrido en barco por el Estrecho de Magallanes es increíble! Se tiene una vista espectacular de la ciudad a un lado y también de Tierra del Fuego al otro lado.

No puedes perderte el salir a la cubierta del barco y sentir ese ¡intenso y frío viento patagónico! Es simplemente irrepetible. Para los niños es muy importante llevar gorros y bufandas. El recorrido dura más o menos 1 hora de ida y 1 hora de vuelta.

Mi hijo y mi hija disfrutaron mucho viendo los pingüinos en su hábitat. ¡Desde que bajas del barco estás rodeado de ellos por todos lados! Hasta puedes ver sus nidos, y dependiendo de la temporada, también puedes ver las crías. Son casi 60.000 aves en toda la isla! Muchas más si cuentas los cormoranes y las gaviotas que también viven en la isla.

Tuvimos mucha suerte porque una de las guías que nos acompañó fue muy paciente en responder todas las preguntas que mis niños tenían y también de escuchar todos sus comentarios. (La empresa Melinka es la encargada del traslado de pasajeros y del tour)

La caminata por la Isla es de más o menos 45 minutos ida y vuelta al faro-museo que se encuentra en la parte más amplia. Ahí podrás encontrar servicios higiénicos además de unos paneles informativos con toda la fauna del lugar.

Si prefieres puedes llevar un snack para comer de vuelta o puedes aprovechar para probar el típico sándwich magallánico Chori-Queso. Un pan relleno de pasta de chorizos y queso caliente. ¡Muy rico!

Nuestro alojamiento, el hostal Keoken, estaba muy cerca del Cementerio y más o menos a 10 minutos caminando hasta la costanera del Estrecho de Magallanes. Como teníamos bastantes horas de luz, aprovechamos de recorrer por varias cuadras caminando por la playa, eso sí, muy abrigados! Pagamos $35.000 por una habitación para los tres con 1 cama doble + 1 cama simple y baño privado, además de desayuno buffet. Si tu intención es relajarte y desconectarte, esta es la mejor alternativa porque no tienen televisión en las habitaciones. Ideal para apartar a los niños de la tecnología por unos días.

Domingo 22 de Noviembre

Nuestra mañana comenzó caminando por calle Maipú hasta la Costanera. Caminamos hacia el norte cruzando el Río de las Minas para llegar hasta el parque que está en la calle Ignacio Carrera Pinto. Sin duda, este fue el lugar favorito de los niños en todo Punta Arenas. Un tremendo parque de juegos con diseños de dinosaurios de todo tipo. El lugar es muy seguro para los niños además tiene servicios higiénicos y un kiosko donde venden de todo para comer.

Después de un par de horas jugando aquí, seguimos caminando por la Costanera hasta llegar a al Monumento a la Goleta Ancud. Y subimos por el parque de la calle Cristobal, una caminata muy entretenida donde puedes ver distintos monumento y estatuas. Para almorzar recomendamos el restaurante que ofrece buffet de comida china y más, ubicado en la calle Bories. Es económico y muy rico.

Después de 15 minutos más o menos encontramos la avenida Hernando de Magallanes por la que se llega directamente a la Plaza de Armas de Punta Arenas. Aquí está el monumento al Indio Patagón al que, según la tradición, debes besarle el pie para volver a la ciudad.

Estando en el centro te recomendamos visitar El Palacio Braun Menéndez, un edificio que está conservado con muebles y decoraciones que datan desde el comienzo del siglo XX y que hoy forma parte del Museo Regional de Magallanes donde también se pueden ver exposiciones de diversos artistas locales.

Fue muy entretenido ver cómo los niños reaccionaron al ver los baños y las cocinas de la época.

Y subiendo por la calle Monseñor José Fagnano, más o menos unos 10 minutos llegamos hasta la base del Cerro La Cruz, el increíble mirador de la ciudad y el estrecho. Aunque siempre quise tomar una foto de los carteles que muestran las distancia a varias partes del mundo me sorprendió que lo deteriorado que estaba, pero la vista no tiene comparación. Es espectacular.

Si quieres tomar once antes de terminar la tarde no hay mejor opción que ¡un chocolate caliente con churros! En la calle Bories está la cafetería La Chocolatta y es muy tradicional. También puedes aprovechar de comprar chocolates para regalar.

Lunes 23 de Noviembre.

Aprovechamos nuestro último día para visitar el Cementerio Municipal Sara Brawn. Una parada obligatoria para los turistas, donde sus pinos altos y tubulares nos hicieron sentir igual que en el jardín de la Reina de Corazones de Alicia en el País de las Maravillas.

Si viajas con niños, también te recomiendo visitar el Museo Nao Victoria. Aquí se encuentran una réplica exacta del barco de Hernando de Magallanes y también del HMS Beagle y la Goleta Ancud, todos muy importantes en la historia de Magallanes. Estando aquí, puedes subir y recorrer todos sus rincones ambientados a las épocas en las que estos navíos surcaban los mares.

Para llegar debes tomar un taxi. Y también puedes pedirle al taxista que te espere hasta que termines el recorrido. Por todo el trayecto ida y vuelta más la espera nos cobraron $8.000.-

Si aún tienen tiempo libre también pueden visitar el Parque Maria Betti donde hay algunas réplicas de los dinosaurios que habitaron la zona hace más de 10.000 años. Es muy interesante de ver. La caminata hasta allá de Av. Cristóbal Colon por la costanera es de más o menos 45 minutos y en el camino puedes visitar el Muelle Prat.

Cuando estuvimos aquí tuvimos la suerte de poder subir al Buque Escuela Esmeralda de la Armada de Chile.

Amamos viajar por Magallanes! Y todavía nos falta tanto por recorrer. Sin duda vamos a volver.