Mi Blog de Aventuras

Jueves 30 de Septiembre de 2021

Después de llegar a Puerto Varas salimos con dirección a Frutillar a eso de las 11:00. Tomamos la micro al costado de la Plaza de Armas en la calle Del Salvador y pagamos $1.200 por cada una. Como en todas las ciudades de Chile que he visitado, tomar micro es super fácil porque todas tienen carteles indicando las lugeres a los que llegan. En este caso es importante que tomes la que dice Frutillar Bajo para que te deje en la orilla del lago.

Frutillar se encuentra en el ribera del Lago Llanquihue y es considerada la capital de la música de Chile. Fue fundada por colonos alamanes en 1856 y su influencia se nota en las casas que están en la orilla del lago. Las primeras construcciones se hicieron con materiales traídos directamente desde Europa y ya las siguientes generaciones empezaron a utilizar maderas nativas y latas para asemejar las típicas tejas de madera de las casas alemanas.

Me recordó tanto a Pucón con las bandurrias chillando (o algunos dirían cantando) por todas partes. El bendito pájaro ese me asusta un poco jajaja es como que un ente malvado estuviera riéndose detrás tuyo todo el tiempo.

Al llegar caminamos por la costanera por Avenida Philippi en dirección al Teatro del Lago. Nos tocó un día frío y nublado. Nunca había visitado Frutillar antes y me pareció una ciudad muy tranquila y acogedora. El edificio del teatro en sí es muy bonito, además tiene está plataforma que sobresale al lago y te permite escuchar cómo choca el agua contra los pilares.

Mi amiga quería comer kuchen, pero sorprendentemente todo estaba cerrado, no sé, puede ser porque era día de semana o no era temporada de vacaciones pero al igual que en Puerto Varas me llamó la atención que tan pocos restaurantes y cafeterías estuviesen abiertos.
Al final encontramos una pastelería y compramos unos trozos de kuchen para llevar. Comimos caminando por la orilla del lago mientras empezaba a chispear.

Llegamos hasta el Muelle y ahí sí que nos agarró una lluvia fuerte. Me gusta tanto tanto el frío en verdad, es mi clima favorito. Y caminar bajo la lluvia es algo que me hace muy feliz, tiene algo de romántico para mí. Tomamos muchas fotos y tuvimos suerte de que no hubiesen tantas personas paseando.

Caminamos por la costanera, tomamos un café y vimos solo un par de negocios de artesanías abiertos. Aprovechamos de reservar un paseo en catamarán por el lago para la tarde.

Uno de nuestros objetivos de visitar Frutillar era poder ir a algunas termas, pero a todas había que llegar en auto y nosotras andábamos solo a pie. Buscando y buscando encontré un Spa a 2Km de Frutillar Bajo llamado Cancagua con unas piscinas de agua de agua caliente, terraza y vista al lago. ¡Muy muy bonito!

Tienes que reservar en su página web según el día y el horario en el que quieres ir. La piscina es de uso exclusivo para tí y tu grupo, tienen camarín y ducha ahí mismo, y también te ofrecen tablas y bebidas. Nosotras elegimos la hora del almuerzo. ¡Pedimos la tabla de charcutería que estaba deliciosa!

Es una experiencia única. El lugar es muy bonito, nos relajamos mucho, pudimos conversar tranquilas, disfrutar del frío, de la vista y hasta hacer una mini sesión de fotos 😂. Oye! Me atreví a tomarme fotos en traje de baño y eso ya es mucha demostración de amor propio para mi jajaja.

Pagamos $40.000 por 2 personas en el horario de 14:00 a 16:30 y $20.000 por la tabla de quesos y charcutería. Las bebidas te las cobran aparte una vez que te retiras.
No tuvimos ninguna dificultad ni para ir ni para volver ya que pudimos reservar un taxi que nos cobró $4.000 por trayecto hasta el muelle.

Partimos a nuestro paseo por el lago en el Catamarán Bandurria a eso de las 17:00. El ticket nos costó $5.000 por cada una. La navegación en total dura más o menos 45 minutos y durante el recorrido te cuentan un poco sobre la historia de la ciudad. Abordo puedes comprar algo para comer o tomar.

El paisaje es muy bonito, es todo tan verde en general. Disfrutamos del paseo, vimos los bosques nativos y las casas coloniales tan típicas del sector como la Casa Richter, sede de la Escuela de las Artes y la casa más antigua de la ciudad.

Como el cielo estuvo nublado todo el día no pudimos ver ninguno de los volcanes. Me gusta mucho cuando el cielo está cubierto de nubes negras, como que siento que todos los edificios se ven más bonitos.

Este fue un día muy especial para mí. Nunca había viajado sola con una amiga y lo pasé demasiado bien. Es una forma tan distinta de viajar, con otro ritmo y con otro sentido. Hablas de otras cosas, observas otras cosas e incluso tuve tiempo de tomarme fotos en las que aparezco yo sola. Algo inédito en nuestros viajes jajaja.

Me siento agradecida de tener una amiga tan bacán y de haber tenido la oportunidad de darle este descanso a mi alma.