Una de las razones por las que viajamos a Iquique fue poder visitar el desierto y para hacerlo decidimos tomar el tour que sigue la Ruta del Desierto y te lleva desde Alto Hospicio hasta Pica.
Cotizamos en varios lugares antes de comprar y nos quedamos con el tour ofrecido por Show Travel. En total pagué $67.000: $27.000 por adulto y $20.000 por cada niño, lo que incluía: bus de turismo, almuerzo, las entradas a las oficinas salitreras y guía.

Nos recogieron a las 08:30 hrs. en el hostal y nuestra primera parada fue en Alto Hospicio para comprar lo que necesitáramos para el viaje.
Desde aquí nos dirigimos por la ruta CH-16 hacia la cordillera. Luego de unos 20 minutos de camino, volvimos a detenernos a un costado de la carretera para observar algunos geoglifos. Los geoglifos son figuras que se construyen en las laderas de los cerros agregando piedras o raspando el suelo y fueron muy importantes para las culturas altiplánicas ya que servían como medio de comunicación.

Continuamos avanzando y llegamos hasta la Oficina Salitrera Santa Laura donde pudimos ver toda la parte industrial de la historia del salitre.
Pudimos entender cómo se extraía, se procesaba y se vendía el salitre. Vimos las maquinarias que se usaban, tan modernas para la época, los procesos de mejora que tuvo a través del tiempo y también pudimos conocer sobre la gente que ahí trabajaba.

Cruzamos al otro lado del camino para visitar la Oficina Salitrera Santiago Humberstone para conocer la parte social de la industria del salitre. Este fue un momento muy emocionante para mi porque los padres de mi abuela vivieron en una oficina salitrera gran parte sus vidas. Sentí algo especial al poder ver en directo todo lo que me contaba de niña.
Es incríble pensar que en el mejor momento ahí vivían 3.500 personas. Tenían un cine, un hotel, una hermosa plaza, una cantina, una piscina. Muy parecido a lo que pudimos en Sewell.
Ambas oficinas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 2005 y hoy están a cargo de la Corporación Museo del Salitre.
Después de más o menos 2 horas de visita, continuamos la ruta en dirección a Pozo Almonte, donde nos detuvimos para almorzar.

A eso de las 14:30hrs seguimos avanzando por el Camino a Mamiña para atravesar la Pampa del Tamarugal. Llegamos hasta el Pueblito de La Tirana donde visitamos su iglesia y pudimos ver a la Virgen del Carmen.
En la época de la conquista española, la comitiva de Diego de Almagro llevaba como prisionero al príncipe Inca Huillac Huma y a su hija la Ñusta Huillac. El príncipe, su hija y otros prisioneros lograron escapar y terminaron refugiándose en la Pampa del Tamarugal.
El odio de la Ñusta Huillac por los españoles era tan grande que mandaba a matar a todos aquellos que cruzaran los boques de tamarugos, ganándose así el apodo de “tirana”. De ahí viene el nombre de este pueblo.

Seguimos nuestro camino por la ruta A-665 con destino al Oasis de Pica.
Debo decir que esta fue mi parte favorita de todo el viaje. Ir por la carreta a través del Desierto de Atacama y ver arena, arena y arena, era justo lo que yo quería.
Creo que me enamoré del desierto, de sus colores y de sus formas.

Después de una hora, llegamos a La Cocha Resbaladero, una piscina natural semi termal ubicada en Pica. La entrada cuesta $3.000 por persona y nosotros nos quedamos una hora más o menos.
Nos llamó la atención que apesar de que el agua estaba caliente, nos ayudó a aliviar el calor que sentíamos.
En este mismo sector hay muchos lugares para comer y tomar jugos naturales.

De regreso a Iquique paramos en el Parque de Dinosaurios que se encuentra en la ruta. Los dinosaurios de Pica fueron creados en base a las huellas encontradas en la Quebrada de Chacarillas.
Como les contaba en mis post sobre la exposición de dinosaurios, yo siempre había pensado que en Chile no habían vivido animales como éstos, pero no podía estar más equivocada.
La entrada es liberada y en 20 minutos puedes dar la vuelta completa y ver todo lo que hay.

La última parada de nuestro tour nos llevó a Matilla, un pueblo vecino a Pica y parte también de este Oasis.
Pudimos ver la Iglesia, los restos de una fábrica artesanal de vinos y también pudimos visitar el Tambo Pacha. Un lugar muy especial donde Wladimir López, un joven andino que se dedica a compartir la cosmovisión propia de las culturas del sector nos guió por una tarde ancestral.
Regresamos al hostal cruzando el desierto y la pampa del tamarugal otra vez para terminar un día absolutamente perfecto.
Es uno de los mejores días que hemos tenido. Se los recomendamos.
