Jueves 5 de Julio de 2018
Aprovechando que estábamos en Buenos Aires queríamos visitar Colonia, la ciudad uruguaya que se encuentra al otro lado del Río de la Plata.
Después de mucho cotizar nos quedamos con el tour de Seacat, ya que era la opción más económica.Todas las empresas ofrecen más o menos lo mismo. Nosotros nos quedamos con el programa que incluía: pasajes ida y vuelta, almuerzo y walking tour. En total pagamos $3700(*) por los dos.
Salimos desde el terminal de BuqueBus en la dársena norte de Puerto Madero a las 11:00AM. Debes llegar una hora antes para hacer el check-in y los trámites de migración.
El viaje en barco dura más o menos una hora y dentro del buque hay una cafetería y un duty free.
Llegamos hasta el terminal de Colonia al medio día. Al bajar del buque ya estaba impresionada con el paisaje. La ciudad está construida sobre una punta de tierra, por eso está completamente rodeada por el Río de la Plata.
Colonia fue como «la manzana de la discordia» entre españoles y portugueses en la época colonial.
La construcción de Colonia comenzó en 1680 y desde ese entonces los portugueses y los españoles se enfrentaron por ella. Ya para 1777 pasó a ser formalmente terreno de la corona española. Finalmente en 1828 se convirtió en parte de la República Oriental del Uruguay.
La ciudad comprende una parte antigua declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995. Muchos de las casas que ahí se ven conservan sólo la fachada, de hecho, la única calle que se mantiene intacta desde la época colonial es la famosa «Calle de los Suspiros».
Una de las primeras cosas que vez al llegar al casco histórico es la «Puerta de la Ciudadela», una muralla enorme con una puerta levadiza, ésta es una reconstrucción de la original ya que para facilitar el tránsito por las calles se mandó a botar el muro hace muchos años.
Todas las calles están hechas de piedra y se pueden distinguir fácilmente las fachadas portuguesas de las españolas. Las primeras son rústicas y desprolijas, cubiertas de las mismas piedras que forman las calles; y las segundas son de paredes lisas y ordenadas, con más detalles y también con techos más altos.
Nuestro almuerzo estaba incluido el precio del tour, así que almorzamos en el restaurante Viejo Tunel, llamado así porque bajo su piso pasa un antiguo túnel que era usado para moverse sin ser detectado en época de guerra. Comimos un típico chivito uruguayo, un bistec de vacuno sobre lechuga y tomates, cubierto de jamón, queso y un huevo frito. Lo sirven acompañado de una especie de pickle y también con papas fritas. También incluía bebida y postre. Muy muy rico.
Visitamos también la Basílica del Sagrado Sacramento, que fue construida en la época colonial y el Faro que fue construido en 1857 y tiene 26 metro de altura. Pagando $30(*) puedes subir sus más de 100 escalones y tener una vista maravillosa de la ciudad.
Otra cosa que puedes hacer es visitar los diversos museos que existen entre ellos el de los azulejos. Nosotros por tiempo no alcanzamos a visitar ninguno, es que nos pasamos el tiempo caminando por la orilla del Río de la Plata y por la calles de la ciudad.
Visitamos también la heladería El Cali y probamos los helados artesanales. Los precios son bastante razonables y el helado estaba rico (Una de mis cosas favoritas es tomar helado en días de frío)
Tomamos el buque de regreso a las 19:00 y llegamos a Buenos Aires más o menos a las 20:00. Un paseo super recomendado.
Si vas en invierno como nosotros, te recomiendo ir super abrigado. Una vez que el sol se va hace mucho frío y además corre mucho viento todo el tiempo.
Si vas en verano te recomiendo ir con ropa liviana y usar mucho protector sola. Nos dijeron que hace mucho calor porque todas las piedras se calientan un montón y el calor emana desde el suelo.
(*) Todos los precios están en pesos argentinos. Al momento del viaje el cambio era 1ARG=1UYU=25CLP
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